miércoles, 10 de diciembre de 2014

No se canta pero existe




      El mundo está repleto de mensajes subliminales. Los encontramos por todas partes, principalmente en los anuncios publicitarios, en los que aparecen  para inducir a los consumidores a adquirir productos o a que actúen de acuerdo a lo que les interesa a las agencias publicitarias. Los mensajes subliminales son, parafraseando al presidente de la agencia publicitaria Shackleton, Pablo Alzugaray, todo aquel tipo de mensajes que se emiten de manera que no son percibidos de forma consciente por el receptor de los mismos y que, además, influyen sobre ellos. Una “manipulación” del mensaje que coarta la libertad.

Diversos estudios han demostrado que, sobre todo en publicidad, este tipo de mensajes funcionan. Piénsese, por ejemplo, en el famoso experimento que realizó James Vicary en 1950 quien decidió insertar, durante la proyección de una película, fotogramas en los que podían leerse los mensajes “Beba Coca Cola" y “Coma palomitas”. El resultado de este estudio fue un incremento de un 18% en las ventas de Coca Cola y de un 58% en las de las palomitas.


Fuente: https://savconsulting.wordpress.com/tag/seduction/
Aun así, los mensajes subliminales no solo son una poderosa técnica empleada por los publicitarios sino que, además, han sido utilizados tanto en el mundo de la música como del cine, de tal forma que imágenes y sonidos ocultan más de lo que transmiten en un primer momento.

Mensajes subliminales en la música

Durante los últimos años, han sido numerosos los artistas acusados de incluir mensajes subliminales en sus canciones como, por ejemplo, Katy Perry, Lady Gaga o Ricky Martin.

Principalmente, las acusaciones tienen que ver con una técnica surgida a finales de los años 60: el backmasking. Dicha técnica, consiste en insertar mensajes ocultos en las grabaciones originales y que solo pueden oírse si se reproducen al revés. Artistas como The Beatles o Led Zeppelin fueron de los primeros en sufrir acusaciones de este tipo. Así, en el final de la canción “I’m so tired”, The Beatles especularían la muerte de Paul McCartney y, en “Stairway to Heaven” Led Zeppelin se relacionaría directamente con el satanismo dado que, supuestamente, una parte de la canción reproducida a la inversa diría: “Oh aquí está mi dulce Satán. Aquel cuya corta trayectoria me hace triste, qué poderoso es Satán. Él le dará aquellos el 666, había un pequeño cobertizo donde él nos hacía sufrir, triste Satán”. A día de hoy, incluso Los Lunnies han sido tachados de satánicos e incitarían a los niños a matar a sus padres:




Pero, más allá de los “supuestos backmasking”, también existen artistas que han reconocido un uso intencionado de esta técnica por razones como evitar la censura (Frank Zappa, por ejemplo, en su canción “Mother People”), de estética (Korn en “Am I GoingCrazy”, canción que suena prácticamente igual incluso escuchada del revés) o manifestar posturas políticas y sociales, camuflando tanto críticas como burlas (Pink Floyd en “The Wall”).

Supuesto mensaje subliminal en la canción "Sálvame" de RBD. 

Con todo, el backmasking no es la única forma que encontramos de mensajes subliminales en el panorama musical dado que estos no solo se esconden en las canciones en sí sino que, además, pueden inserirse en los vídeos musicales por las mismas razones por las que se emplea el backmasking, así como para meros fines publicitarios. De esta forma, no es casualidad que durante la mayor parte del tiempo del vídeo de The Alphabet de David Guetta aparezca el nuevo Renault Twizy o que Jennifer Lopez tenga un Blackberry en On the floor, sino que se trata de otra técnica publicitaria conocida como product placement.


Imágenes del vídeo de Poker Face de Lady Gaga en las que se aprecian diversas marcas comerciales.

                Con esta última, se persigue el fin de ubicar un producto en el lugar que lo haga más atractivo para los consumidores. Por eso, siguiendo este razonamiento, no es de extrañar que los publicistas decidan imbricar sus productos en vídeos de artistas que cuentan con millones de visualizaciones en Youtube y bastarán tan solo unos segundos durante los que se enfoque el producto o marca que desean vender para que estos lleguen a vastísimas audiencias. Es más, en ocasiones, son los propios artistas los que se aprovechan de esta técnica para promocionar sus propios productos.

Vídeo oficial de "Hold it against me" de Britney Spears, en el que aparecen imágenes del perfume de la cantante.

                En definitiva, la sociedad actual convive con cientos de mensajes subliminales diariamente que se esconden tanto en sonidos como en imágenes: el mundo de la cultura audiovisual esconde más de lo que aparenta. Analizar el mundo del cine, queda aquí pendiente.

Referencias bibliográficas:

FERRER ROSELLÓ, Clemente. Publicidad subliminal
FERRÉS, Joan. Televisión subliminal.

~Lorena Volpi

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