miércoles, 10 de diciembre de 2014

Princesas Disney: De Blancanives a Frozen

Tú y yo tenemos algo en común. Ambos hemos visto alguna película de Walt Disney. Y por lo tanto, es probable que hayamos visto (y aprendido) contenidos similares.  

La compañía que nació el 16 de octubre de 1923, comenzó haciendo cortometrajes de dibujos animados, incluidos los de Mickey Mouse, insignia del mundo Disney. Con la película Blancanieves y los siete enanitos (1937), su primer largometraje animado, comenzará su amplio bagaje en la industria del cine. En la actualidad, más allá de los estudios cinematográficos, la empresa ha extendido sus negocios al ámbito de los medios de comunicación, de los parques de atracciones y resorts, o del merchandising.

Pero volviendo al principio, nos centraremos en las películas de animación de la compañía, y concretamente, en la conocida franquicia de las Princesas Disney. Y es que los valores transmitidos por estos personajes tienen una gran influencia en niños y niñas de todo el mundo, y han generado varias investigaciones desde los estudios de género, debido a la imagen que proyectan de la mujer.

Papeles atribuidos a las mujeres en la literatura y el cine

La literatura, primero, y el cine, después, como transmisores culturales, han proyectado una imagen muy sesgada de la mujer, debido a la supremacía del patriarcado en la sociedad. Y es que, a pesar de que las mujeres han tenido una alta presencia en la literatura infantil, sus papeles se reducen al de  “madre” o al de “bruja”. El primero, como referente en el ámbito doméstico, depende siempre de una figura masculina en su vida. El segundo, como personaje malvado, es derrotado, víctima de sus propias fechorías.

De la misma manera, el cine, y concretamente los productos Disney, se han basado en cuentos populares en los que están presentes estos roles, y por tanto, han continuado transmitiéndolos a las nuevas generaciones. Para analizar la evolución de la representación del género en la filmografía de Disney, y teniendo en cuenta las características de sus protagonistas femeninas, hemos clasificado a las Princesas Disney en cuatro grupos: “las dormidas”, “las rebeldes”, “las luchadoras” y “las modernas”.

“Las dormidas”

En esta categoría entrarían Blancanieves, de  Blancanieves y los siete enanitos (1937); Cenicienta, de La cenicienta (1950); y Aurora, La bella durmiente (1959).




Estas princesas son mujeres jóvenes y bellas (aunque muestran sus atributos de manera discreta), a las que se les atribuyen cualidades como la inocencia, la vulnerabilidad, la dulzura o la bondad. Su mayor deseo es encontrar el amor y casarse, hecho que queda reflejado en  que la única ocupación de estas jóvenes es realizar labores domésticas, que además desempeñan con gusto. 


La cenicienta (1950). Fuente: imagui.com

“Las dormidas”, como bien indica el nombre, tienen una actitud pasiva, ya que simplemente esperan la llegada de su “príncipe azul”. De hecho, en dos casos el príncipe salva a su dama de la mismísima muerte, sin que ellas hagan nada, salvo ser bellas. Asimismo, cabe destacar que en estas tres cintas los personajes antagónicos son todas féminas, encarnando el papel de “bruja” que comentábamos antes. Cuando el príncipe acaba con dichas malvadas, decide casarse con la princesa (en ningún momento se le pregunta a ella), y ella abandona todo por su amado.

La bella durmiente (1959). Fuente: Naitopunk (YouTube)



 
Cabe recalcar que ninguna de las princesas tiene una figura materna. Blancanieves y Cenicienta tienen, en todo caso, madrastra, que resulta ser el personaje malvado de la obra. Por último, podemos decir que la imagen de Blancanieves mordiendo la manzana es una clara alusión a Eva y la historia de la expulsión del paraíso, que representa a la mujer como culpable de la caída de la humanidad.

Blancanieves y los siete enanitos (1937). 
Fuente: clasicosdisney.wikia.com


“Las rebeldes”

Dentro de este grupo tendríamos a Ariel, de la La sirenita (1989); a Bella de La bella y la bestia (1991), y a Jasmín, de Aladdín (1992).

Estas mujeres, a pesar de que siguen teniendo cuerpos normativos, no son tan recatadas como sus antecesoras. Esto se debe en parte, a la aparición de los movimientos feministas. Así, Ariel utiliza bikini, que se puso de moda por aquella época, y Jasmín, también usa prendas que dejan al descubierto sus hombros y abdomen. Y aunque Bella no viste de forma tan rompedora, sí que se la puede considerar fruto de esta revolución, ya que es la primera de las Princesas Disney a la que le gusta leer, aunque bien es verdad que los aldeanos la consideran “extraña” por ello.
 La bella y la bestia (1991). Fuente: labellaylabestia2b.blogspot.com


Aunque los personajes siguen reflejando las cualidades tradicionales de la feminidad, son más activas que “las dormidas”. Al menos al inicio de las películas tienen otros deseos; Ariel y Jasmín quieren conocer mundo y se saltan las normas establecidas para lograrlo. Aunque, esto desaparece con la llegada del príncipe a escena, ya que se vuelve a la temática de la búsqueda del amor. 

La sirenita (1989). Fuente: WaltDisneyStudiosES (YouTube)


También es verdad que dentro de su vida amorosa, estas princesas tienen más capacidad de decisión,  ya que son ellas las que buscan al príncipe. De hecho, en dos las películas de los 90, ellos deben hacer méritos para ganarse el cariño de la dama. Y aunque se casan con sus amados, ninguna de las dos abandona a su familia, lo que demuestra que tienen otras preocupaciones además del matrimonio.



Aladdín (1992). Fuente: gifmania.com

Estas princesas no realizan labores domésticas como las anteriores, pero tampoco realizan ningún otro tipo de actividad. Además, una vez casadas el príncipe es quien las mantiene. Incluso en el caso de Aladdín y Jasmín el obstáculo del origen humilde de él deja de ser un problema gracias a la ayuda del genio de la lámpara.

“Las luchadoras”

En este apartado incluiríamos a Pocahontas, de Pocahontas (1995); a Mulán, de Mulán (1998); y a Tiana, de Tiana y el sapo (2009).

A pesar de que estas tres jóvenes son de diferentes razas, su belleza está muy marcada por el canon occidental (lo mismo ocurre con su predecesora, Jasmín). Pero por otra parte, son mujeres que además de encarnar las virtudes típicas asociadas a las mujeres, se les atribuyen otros ideales como la perseverancia, la valentía, la astucia, etc.

Estas jóvenes, no muestran gran interés por el matrimonio, y tienen una actitud mucha más activa que “las dormidas” o “las rebeldes”, ya que en numerosas ocasiones son ellas las que acuden al rescate de sus amados. De hecho, Pocahontas se queda soltera, para permanecer con su familia y pueblo.


Pocahontas (1995). Fuente: 0751forever.blogspot.com


Sin embargo, aunque son mujeres con mayor empoderamiento, todavía hay cierta influencia del patriarcado en sus vidas. Así, Mulán debe adoptar un papel masculino para lograr la aceptación social. Y Tiana aunque es la primera Princesa Disney que tiene aspiraciones laborales, están relacionadas con la cocina, un ámbito tradicionalmente atribuido a las hembras.

Mulán (1998). Fuente: DisneyFilm (YouTube)


El papel del padre sigue siendo relevante en estas cintas. Por ejemplo, Mulán se alista en el ejército para salvar a su padre, y Tiana quiere abrir un restaurante, sueño que comparte con su progenitor. Sin embargo, estas princesas sí que tienen referentes femeninas en sus vidas. Pocahontas cuenta con la guía de la Abuela Sauce, Mulan tiene a su madre y su abuela, y Tiana también a su madre. 


Tiana y el sapo (2009). Fuente: blogs.disney.com

“Las modernas”

Debido a la competencia de las películas de Pixar Animation Studios, como Toy Story (1995) o Buscando a Nemo (2003), Walt Disney compró la compañía en 2006. A partir de aquí, las Princesas Disney cambian de estética, pero también cambia la representación de la mujer en las cintas.

Entre este nuevo grupo de princesas, englobaríamos a Rapunzel, de Enredados (2010); Mérida, de Indomable (2012); y Anna y Elsa, de Frozen: El reino de hielo (2013).

Aunque estas princesas tienen rasgos agraciados, su aspecto es más digitalizado y más aniñado que el de sus antecesoras. Pero esto no supone que se vuelva al papel tradicional de las primeras princesas, sino que siguen la estela de “las luchadoras”, presentando una imagen de mujer independiente. 

Aquí hay que puntualizar que en el caso de Rapunzel, a pesar de que se nos presenta como una joven valiente y deseosa de explorar el mundo, la historia se parece a los relatos tradicionales de cuento de hadas, especialmente por el personaje de la “bruja malvada” que retiene a la protagonista en la torre y el encantador “príncipe”. 

Enredados (2010). Fuente: mymovies.it

Sin embargo, en los dos últimos títulos cobra más importancia la relación con la familia que la búsqueda del amor. Mérida desafía las costumbres que la obligan a casarse con alguno de los hijos de los señores súbditos de su padre, participando ella misma en la competición de tiro con arco para pedir su mano. Y aunque Anna al principio se nos presenta como una joven deseosa de encontrar a su “príncipe azul”, al final prevalece el amor por su hermana Elsa, por la que sacrifica su vida.

Indomable (2012). Fuente: WaltDisneyStudiosES (YouTube)

Por otra parte, en la historia original en la que se basa Frozen (2013), la Reina de las Nieves, es la antagonista de la historia. En cambio, en la película este papel se le asigna a Elsa, quién se nos presenta como una joven incomprendida por sus diferencias, y que es perseguida por ello.  Sin embargo,  al final son sus detractores los que resultan ser los malvados del filme. Además, es la primera vez que un príncipe, Hans, es el antagonista de en una película Disney.

Frozen: El reino de hielo (2013) 
Fuente: jardindegaia.blogspot.com


Influencia de las películas Disney en la infancia

Como hemos comentado más arriba, las películas Disney gozan de gran popularidad entre los más pequeños de la casa. Los infantes tienden a imitar lo que ven y oyen, y por tanto, los valores transmitidos mediante soportes audiovisuales pueden influir en sus actitudes.

Los niños y niñas suelen a identificarse con sus héroes y heroínas, y aunque seguramente adopten las virtudes que representan estos, como la bondad o la valentía, también lo harán de los actos que realizan, sean discriminatorios o no en el ámbito del género. Por lo tanto, es importante enseñar a los más jóvenes a realizar un análisis crítico de dichos materiales, para evitar la transmisión de estereotipos.


Bibliografía

MAEDA GONZÁLEZ, C. Entre princesas y brujas: Análisis de la representación de las protagonistas y antagonistas presentes en las películas de Walt Disney. III Congreso Internacional Latina de Comunicación Social. Santa Cruz de Tenerife, 5-9/12/2011. Monterrey: ITESM, 2011.


MARIANO ROMERO, F. J. Emoción, cine y memoria. Análisis de las producciones de Walt Disney y Pixar Animation Studios. Sevilla: Fundación ECOEM, 2010. 253 p. ISBN: 978-84-105085-36-2. 

Irene Reta Porres


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